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action or later. Please see Debugging in WordPress for more information. (This message was added in version 6.7.0.) in /usr/share/nginx/houzez_webinmobiliaria_net/wp-includes/functions.php on line 6114Situado en una típica Finca Regia del Eixample actualizada de 1.930, orientado a sureste, nos encontramos con este soleado, luminoso y acogedor piso de 110?m². Con con una reforma integral de hace tres años y han conservado los techos altos con Volta catalana. La vivienda está concebida como lugar donde disfrutar de una alta calidad de vida.
El piso esta muy bien distribuido, accedemos a la vivienda a través del distribuidor y el pasillo, en este tramo nos encontramos con la habitación principal en Suite con armarios empotrados, 1 habitación doble y otra individual con vestidor.
El corazón de la vivienda se encuentra en el amplio y confortable Salón comedor con grandes ventanales que dan a un amplio y tranquilo patio de manzana típico de esta zona Eixample con vistas despejadas.
La cocina integrada con el salón está totalmente equipada con electrodomésticos de alta gama integrados.
Observaciones: Zona de aguas, suelos de Tarima de madera, calefacción a gas, slpit de aire en la Suite y el salón comedor. Toldos electricos. Etc. Dispone de un trastero en el terrado comunitario.
En definitiva, una inmejorable comunicación y excelente ubicación, a 5 minutos de la Avda. Diagonal y a dos calles de la prestigiosa calle Enrique Granados. Rodeada de comercios y restaurantes y una gran oferta de servicios, hacen que la zona sea el lugar perfecto para quienes desean establecer su residencia habitual en el centro urbano.
L Eixample es el nombre que recibe el distrito segundo de la ciudad española de Barcelona, que ocupa la parte central de la ciudad, en una amplia zona de 7,46 km² que fue diseñada por Ildefonso Cerdá. Se construyó en los años de la industrialización de Cataluña, a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Durante la primera mitad del siglo XIX, en pleno auge de la Revolución Industrial, las ciudades que hasta entonces continuaban teniendo un urbanismo medieval, muchas de ellas rodeadas de murallas, se ven colapsadas por la instalación de las recién nacidas industrias y la expansión demográfica. Con su plan urbanístico, Cerdá quería diseñar una ciudad igualitaria, donde no se diferenciaran unos barrios de otros por las condiciones de vida impuestas. Preveía ofrecer los mismos servicios a todo el mundo. El plan de Cerdá se basaba en una gran red de calles perpendiculares y traveseras, todas ellas uniformes, excepto dos vías sesgadas superpuestas (la Diagonal y la Meridiana) y la Gran Vía de les Corts Catalanes. Con un gran rigor, el arquitecto previó el reparto uniforme de zonas de servicios, como mercados, centros sociales e iglesias, además de grandes parques.
Las manzanas no eran exactamente cuadradas, ya que, para facilitar la visibilidad, en las esquinas se cortaban los ángulos en forma de chaflán. En el interior de cada manzana solo se permitía construir en uno o dos lados, y el resto del espacio se dejaba para el jardín de los vecinos. Las casas no debían tener más de tres pisos de altura (16 metros), ni ser muy profundas. Cerdá lo concibió así porque consideraba que la salud de los ciudadanos dependía de si vivían en unas casas bien iluminadas por donde circulara el aire limpio de los jardines. Aunque por entonces era difícil imaginarse la existencia del automóvil, se dejaron calles espaciosas, por donde podían circular los carros, los coches y los tranvías de caballos. La arquitectura modernista mezclaba las nuevas técnicas y los nuevos materiales del momento con la utilización de los recursos que proporcionaban las diversas técnicas decorativas tradicionales: los estucos, los esgrafiados, los cristales emplomados de los vitrales, la forja… El trabajo de los artesanos se ponía al servicio del diseño y la concepción de los arquitectos modernistas. Se trataba de una nueva arquitectura y un nuevo concepto del espacio que recogían las antiguas técnicas tradicionales y las más novedosas, en una armonía al servicio de la libertad creativa.
Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch, Antoni Gaudí y muchos otros arquitectos crearon, poco a poco, el nuevo distrito. Era el comienzo de un nuevo estilo que se alejaba de la monotonía del eclecticismo dominante hasta aquel momento.